Tras una escapada a Murcia, este domingo he vuelto a pelearme con los tacos de madera, la llave "paratodo" y las clásicas abrazaderas de los muebles sin montar de la famosa multinacional nórdica.
A pesar de la paliza de montaje (y aún me queda) no he llegado a estar tan dolido con las dichosas y a menudo confusas instrucciones de montaje como este señor.
(Vía microsiervos)
Por cierto, aunque la comida de la cafetería es tan floja como siempre, el nuevo plato de couscous de verduras se agradeció.