Cuatro, día 1

El estreno de Cuatro, el nuevo canal de televisión del grupo PRISA tuvo a Iñaki Gabilondo como principal protagonista. El informativo de la noche sirvió de pistoletazo de salida para la nueva cadena. Lo primero que me sorprendió fué la apuesta por el rojo corporativo en los cromas de fondo, alejándose del siempre predominante azul.
Al arranque del veterano periodista con la información sobre el desplome del viaducto en Granada fue seguido por uno de los "momentos" del informativo. La ministra de fomento Magdalena Álvarez, alcachofa en mano, se convertía en insospechada reportera de la noticia. Lo que debía ser una entrevista se convirtió en el primer speech de una becaria aturrullada.
Otra gran "momento": La conexión fallida. La espera de un Maragall absorto con la silla vacía de Esperanza Aguirre. Casi surrealista.
El paso de Iñaki a sí mismo (demasiado peso, ¿porqué no contar con un presentador de apoyo?) como reportero enviado a Francia para contarnos lo que está ocurriendo allí también fue un tanto extraño. Lo cierto es dio un enfoque que echába de menos. Aquello no es una revuelta incontrolada de una panda de hooligans de barrio. Se dio a entender que aquello es consecuencia de un grave problema social fruto de 30 años de segregación social, territorial y étnica.
La otra gran apuesta, la del ritmo pausado, puede volverse en su contra. El ritmo pausado, casi radiofónico, en la tele se hace eterno. Acabé con la tele de sonido de fondo mientras preparaba la cena como si estuviera oyendo la radio.
La cara de Iñaki al terminar el informativo era todo un poema. Se le vió ilusionado y nervioso al principio y contrariado al finalizar. Son cosas de la televisión, cosas del primer día. Habrá que ver hoy.

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