El genial artista y diseñador italiano Bruno Munari (Milán, 1907-1998), entró una vez en una fábrica de medias de nylon para que le fabricaran unas lámparas. Nada más entrar, y tras explicar lo que quería, el dueño le espetó: "nosotros no hacemos lámparas, señor". Munari le aseguró que estaba convencido que las podrían hacer.
De esa fábrica salieron las lámparas Falkland (1964), unas lámparas cilíndricas de nylon, inspiradas en las del papel de arroz de Japón, con anillos y plegables que se podían guardar en una caja como las de las pizzas y al abrirlas se estiraban cuatro metros. Lámparas inspiradas en las de papel de arroz de Japón y ahora realizadas en Milán con medias de nylon.
Diseñador gráfico, ilustrador, editor, arquitecto, escritor, poeta, pedagogo, teórico, editor y escritor, futurista en los años 20 y surrealista en los 30, inventor... Son solo algunos de los oficios en los que trabajó Bruno Munari y que le definen.Este genial ¿artista? italiano, además de contribuir con valiosos fundamentos de las artes visuales y no visuales, dejó su impronta en todas las materias allá donde el arte pueda aportar algo.
Munari, además, creó una receta.
Receta del Arroz verde
- Se pican finos, en abundancia y a partes iguales, cebolla y jamón que tenga grasa.
- Se pone a fuego con un poco de aceite, se deja dorar.
- Se lavan bien las espinacas, se escurren y se cortan muy finas.
- Se hierven en agua abundante.
- Se incorporan al jamón y a la cebolla dorados.
- Se añade a lo anterior un poco de caldo y se sazona con sal y pimienta.
- Se deja reducir un poco.
- Se echa el arroz y se continúa la cocción añadiendo poco a poco cucharones de caldo.
- Se retira del fuego cuando el arroz está en su punto
En su libro ¿Cómo nacen los objetos?, (GG_Diseño), Munari presentaba esta receta de arroz verde y explicaba, además, que en cualquier recetario de cocina podemos encontrar una metodología proyectual que ejemplifique nuestros procesos de diseño.
"El método proyectual consiste simplemente en una serie de operaciones necesarias, dispuestas en un orden lógico dictado por la experiencia. Su finalidad es la de conseguir un máximo resultado con el mínimo esfuerzo".Según esta teoría, diseñar una marca o una página web, una revista y cocinar una receta siguen un mismo proceso. En el libro, Munari escribe:
"proyectar es fácil cuando se sabe cómo hacerlo. Todo resulta fácil cuando se sabe lo que hay que hacer para llegar a la solución de algún problema".
"cuando un problema no puede resolverse, no es un problema".
Cierto que hoy, en tiempo de prisas, urgencias y procesos automatizados, las ideas de Munari suenan algo románticas e idealistas (que al fin y al cabo es como deberían sonar todas las ideas), pero mantienen su vigencia cuando se trata de descubrir qué hay detrás de un diseño.De hecho el libro de Munari, en el propio título, se refiere a objetos y no a productos y plantea el diseño como "solucionador de problemas", más allá de consideraciones de marketing.
En la wikipedia italiana cuentan que sus viajes a Japón en los años 60 le convirtieron en un enamorado de la naturaleza y el diseño habitacional.Enamorado de la Humanidad, diría yo; un hombre que ganó el Premio Andersen al mejor autor para niños (1974) y el Premio Lego por sus contribuciones excepcionales en el desarrollo de la creatividad en niños (1986) tiene que ser, además de un diseñador y artista genial, sobre todo una buena persona.
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