Que me salve un tango

El tango ha sido sido siempre un pozo sin fondo de inspiración y recurso musical en todos los rincones del mundo. El poeta argentino Enrique Santos Discépolo perpetuó la definición del tango como "un pensamiento triste que se baila".
Sólo sé que oigo un tango del maestro Astor Piazzola y se me cura todo. De hecho recomiendo su "Balada Para Un Loco" para roturas de embrague, correa del alternador y tensor del mismo con sendas facturas astronómicas.

De momento sin efectos secundarios.

Canciones culebriles 2005

He estado grabando uno de esos CDs recopilatorios "de autor" (antes se ponía el mismo empeño con la cinta trasteando con la doble pletina) a una amiga a la que hace tiempo no veo. Entre la intención "docente" (en este caso consentida) y el riesgo relativo he grabado casi sin quererlo un conjunto de canciones que bien podría ser un resumen musical del 2005. Los descubrimientos ( Josh Rouse, Antony & The Johnsons, Richard Hawley, y "los nuevos franceses"), los de siempre (Wilco, Stereolab) y el mejor pop patrio, son parte del pastiche. Evidentemente no están todos... Qué más quisierais.

CD, Astrud
Baby Lulu, Stereolab
L'italien, Benabar
Teenage Kicks, The Undertones
Hell Is Chrome, Wilco
Life, Josh Rouse
Milers D'habitants, Antònia Font
Furies, Margo
Voyage en italie, Vincent Delerme
Mi pequeño animal, Solina
Moment is Now!, The Zincs
Sow Into You, Roisin Murphy
The Ocean, Richard Hawley
A Forest, Nouvelle Vague
Je me souviens, je me rappelle, Daniel Darc
...Sibérie... , Manu Chao
La Certitude, Françoiz Breut
A 1000 lights, Don Nino
Ta douleur, Camille
Bird Gehrl, Antony & The Johnsons
Vermú, Nosoträsh

Quicksilver

Soy uno de esos afortunados que pueden permitirse el lujo de ir a trabajar pedaleando. A pesar del frío y de lo difícil que lo pone el tráfico y la jefatura de la ciudad, es un gustazo cruzar el centro de Culebra City todas las mañanas. Uno ejercita el equilibrio, las piernas y los reflejos esquivando repartidores de prensa gratuita empeñados en meterte el 20 minutos en el ojo, padres apresurados arrastrando niños al colegio, funcionarios adormilados y empleados de limpieza.
El caso es que esta mañana, entre malabarismos semaforiles, mientras levantaba el culo del sillín para acelerar la marcha me acordado de Kevin Bacon en Quicksilver (1986), una de esas irreales películas ochenteras que nos tragábamos sin pestañerar y que incluso mitificábamos. De hecho por alquel entonces, un curro de mensaka-ciclista por las calles de Manhattan me parecía el summun. Por supuesto, el bueno de kevin, se ve obligado a pedalear para recuperarse de un batacazo como exitoso broker en plena era yuppie.
Hoy me conformo con llegar a la hora, atar la mi vieja Trek híbrida con tres cadenas y cuidarme los sabañones.