El próximo 3 de julio se cumplirá un año del accidente en la Linea 1 del metro en Valencia. Murieron 43 personas y 47 resultaron heridas. Fue el accidente de metro más grave de la historia de España.
La causa penal abierta tras el accidente ha sido archivada, dado que la responsabilidad penal derivada del accidente "ha quedado extinguida por el fallecimiento del conductor del convoy", a quien la juez considera único responsable del accidente. La misma jueza especifica en el auto que la velocidad era inadecuada. Por eso se reclamaba que para un tramo peligroso (no era el primer descarrilamiento de la línea, en esa curva) hubiera un mecanismo que evitara rebasar dicha velocidad, ante cualquier eventualidad: un desmayo, un infarto o lo que fuere. Desde luego el conductor ya no lo va a poder contar ni va a poder defenderse.
Tanto titular de infraestructuras del gobierno valenciano, José Ramón García Antón, y la directora de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), Marisa Gracia, siguen en sus despachos. Y me parece inexplicable no ya sólo eso, si no que puedan conciliar el sueño cada noche.
Más allá del auto judicial, resulta incomprensible que ante esta tragedia, tanto el "Consell" como FGV, no haya asumido ninguna responsabilidad ante dicho suceso en forma de cese, o dimisión alguna. Todo ha quedado resuelto por la velocidad excesiva con la que circulaba el convoy y la responsabilidad por tanto del conductor.
Mientras, las víctimas del accidente, agrupadas en la Asociación de víctimas del metro del 3 de julio se siente "sorprendida y frustrada" ante la decisión, no se conforman. No quieren que se pase página. Por eso han convocado una manifestación para el próximo día 3 abril a las 19.00h que recorrerá desde la estación de Jesús a la plaza de la Virgen.
El lema: "43 muertos más 47 heridos igual a cero responsabilidades".
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