Emulo con el título de este post al recientemente desaparecido y genial Ibañez (cuantas noches de bombilla, mantas y sus tebeos rerereleidos) y los bocadillos onomatopédicos de sus tebeos, llenos de maldiciones sólo aparentemente incomprensibles. Si, porque llevo unos días peleándome con mi proveedor (esté donde esté su sede, ójala les parta un rayo -pequeño y sólo a los jefes- por hacerlo todo tan complicado) y hasta hoy no he conseguido volver a poner en vereda esta cacharro culebril.
Sigo un poco perdido, y supongo que algo no funcionará, pero como se dice en la cola de la charcutería "pasensia y que un burro estire del carro"
Au, y como diría Chavez con aire bolivariano: "culebrrrassss, rrrevolusssión o muerrrrte!!!"
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